CARTA ABIERTA A LOS OFICIALES DEL CUERPO DE LA GUARDIA CIVIL

Pues sí. Llevamos días, meses, años, diría mejor, hablando de la integración y no dejan de salir propuestas, ideas y ocurrencias por las redes sociales y por todo tipo de medios.

Pues sí. Llevamos mucho tiempo con un tema que no convence a nadie, descontenta a todos y provoca rechazo donde quieras que lo mires.

Pues sí, la situación requiere una respuesta decidida y valiente: ¡no todo vale!

Y curiosamente sólo es aceptada por un puñado de oficiales que, pese a batallar por aparentes logros, reclamando un curso ad hoc para su propia adaptación, a la mínima se han lanzado al agua, bajándose del barco en marcha y reclamando otras vías para su propia promoción… menos paternalismo y más coherencia; menos reproches a los intentos de hablar con quien tenga capacidad de entender y más ofrecer vías de solución que amparen a todos, no solo a sí mismo (bueno, ya lo tengo solucionado, ya vendrán otros que remen…); menos buscar responsabilidades en otros cuando las vías les han estado vetadas;…

No. Así, no. Ese ha sido la constante de APROGC en este asunto.

Nunca propició una unificación de escalas que, a la vista está, no ha dado más que quebraderos de cabeza, rupturas, desigualdades, injusticias y descontentos entre todos los oficiales: ¡nadie está satisfecho! Bueno, solo unos pocos, y alguno muy especialmente.

Pero nunca, tampoco, APROGC se ha puesto de perfil ante la situación. No estuvo presente cuando se aprobó la Ley, no existía; y tampoco en los primeros pasos de la norma que la desarrollaba, no tenía representación en el Consejo. Pero eso no ha significado un allanamiento, sino más bien al contrario, una motivación extra para lograr aunar esfuerzos que limaran, en lo posible, tanto entuerto.

Una vez aprobada la norma, es la que hay, y la acatamos y cumplimos. Pero así, no. No cabe en ningún sistema la justificación de un proyecto que recoge sólo los planteamientos de un puñado de oficiales que, desde una concreta asociación, han venido haciendo gala de sus logros con los responsables de la gestión del personal en la Guardia Civil y, ahora, al momento de las viruelas, pedimos apoyos y unidad con la que salvar “sus” logros, que no los de la Institución…

A la vista está… ¡nadie está contento!, bueno, sólo ese puñado.

¡Cuánta prepotencia avalada por no sé cuál derecho conquistado, y que se ve perdido a poco…! ¡Cuánto desprecio hacia los que han de sustentar el tronco de la unificación que otros diseñaron sin su concurso y sin contar con ellos!

¡Cuántas irregularidades van a haber que hacer para facilitar, tan suavemente, la integración forzada de unos en detrimento de otros muchos, premiando a un grupo concreto por su “lealtad y arrogancia”! Pensad en qué tipo de curso sería bueno para hacer de un oficial de la actual Escala de Oficiales un experto biólogo; pensad en cuántas horas de formación podemos ahorrar transformando a los marinos de aquel barco, en capitanes del yate en el que cursan las aguas…

Qué curioso, defiendo a capa y espada el curso de adaptación y me bajo al final de la singladura… ¿para qué seguir si ya he conseguido validar otros méritos?

Ni un presidente de asociación, que asista al curso de integración y a punto de finalizarlo, encuentra que lo que ha sido su obra tiene algún beneficio para él, y abandona; dejando en la estacada a otros tantos de las escalas llamadas a integrarse; muchos de ellos ahora por la gracia de su obra, verán que pasarán a estar por detrás en antigüedad de los que un día compitieron en la promoción, manteniéndose, definitivamente, postergados…

No nos equivoquemos. APROGC acepta el curso. Sí. Pero así, no.

La formación ha de estar ahí para garantizar sobre todo dos exigencias concretas: equiparar los conocimientos de los que se integran a los de los que permanecen, por exigencias del guión; y no discriminar en el proceso a los que ya están ahí, avocándoles a lograr otros méritos, capacidades, esfuerzo y conocimientos, sobre las que no les han consultado ni informado.

Pero nada se ha cumplido.

La devaluación de la enseñanza, en sí misma, con exámenes en blanco que suponen un aprobado, sin filtros que valoren y cuantifiquen lo aprendido, va en claro y explícito detrimento del conjunto de los oficiales, de cualquiera de las Escalas, beneficiando solo a unos pocos y dañando la imagen de todos los que se merecen una formación justa, completa y adecuada.

Y qué decir de los profesores, de su permanente desánimo al ver cómo tras impartir lo que buenamente puedan de las materias que les hayan encargado, ven cómo se transforma la acción formativa en una «engañifa», con apariencia de utilidad, pero engañosa… tantas renuncias al curso, en sus postreros momentos, debería hacer pensar a la Dirección general.

Y de eso no se ha hablado en ese barco del que alguien pretende hacer caer a tantos. Hay asociaciones que siguen negando con desfachatez la validez de un curso que hasta en el día de su presentación, quien presidió su inauguración ya prometió que nadie suspendería… es cierto que somos de las instituciones con más alto nivel de formación en sus cuadros de mando, de entre las de la Administración, pero que nadie suspenda nada, y que se le regalen títulos, capacidades, méritos,…, despreciando, otra vez, el esfuerzo, el empeño y la dedicación. Y ganando, por extraños concursos, destinos y reconocimientos…

El desprecio ha sido total y absoluto, desde todos los rincones de la administración guardiacivilera, y así lo hemos dicho en cada sitio que nos ha sido posible entrar. Y eso que nos han negado, en varias ocasiones, posibilidades de audiencias, mientras nos cruzábamos por los pasillos… pero hay que seguir denunciándolo. Y en eso, apoyamos a los que se están planteando recurrir la situación, porque, así, no apoyamos en su momento la justificación de esos complementos de formación.

El ser oficial, en la Guardia Civil y en toda Institución que se precie, es más que lograr, por el medio que sea, ascensos y méritos. Es sacrificio, dedicación, entrega, empeño, apoyo, liderazgo, voluntad. Es estar con los que siguen peleando. Es apoyar en todo lo que los otros no alcanzan.

Sí. Es mucho más que el protagonista de una carrera profesional artificial, lograda con artes paralelas, sin que medie mérito o capacidad en el desarrollo de sus cometidos.

Por este motivo, desde APROGC se apoyará lo que legislativamente está acordado, la integración de las escalas de oficiales en la forma que corresponda, pero exigirá en voz alta que se adecúen y se homologuen adecuadamente los procesos de formación y de integración de forma tal que no queden mermadas las expectativas de ninguno de los llamados a ser componentes de esa Nueva Escala de Oficiales.

Y a nadie debería preocupar la resolución que adopte la Justicia… a la que acudimos todos cuando lo vemos necesario.

Madrid, 6 de junio de 2017

Rafael Morales Morales
Coronel de la Guardia Civil Vocal del Consejo de la Guardia Civil

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