DE HÉROES A VILLANOS

APROGC, Asociación Pro Guardia Civil, única asociación profesional que representa a la escala superior de oficiales y a la de cabos y guardias, quiere salir en defensa de TODAS las actuaciones de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Melilla, de TODAS. De las que gustan a los medios de comunicación y de las que no.

No podemos permanecer en silencio ante los intentos de criminalización a los que en los últimos tiempos estamos siendo sometidos los guardias civiles de Melilla, intentos de criminalización que ya no sólo se restringen al ámbito de la inmigración ilegal, sino que ahora se extienden al ámbito de la persecución de todo tipo de delitos. Los guardias civiles, según le interese al medio de comunicación de turno, pasamos de ser héroes una semana a villanos la semana siguiente.

Algunos pensarán que en el sueldo que percibimos los guardias civiles de Melilla, va incluida cualquier tipo de crítica hacia nuestras actuaciones, pero desde APROGC creemos que se equivocan. Los guardias civiles de la policía judicial de Melilla jamás actúan en función de los intereses particulares de nadie, sea del color que sea, sino en virtud del mandato legal de hacer cumplir las leyes y perseguir los delitos y siempre bajo la dirección y supervisión de jueces y fiscales, ajustándose escrupulosamente a lo que marcan las leyes en cada caso. El hecho de que a lo largo de nuestra carrera profesional hayamos aprendido a cubrirnos con una coraza con la que aislarnos de los ataques que generalmente se lanzan contra nosotros, no implica que vaya en el sueldo que nadie nos acuse públicamente de cometer delitos por cumplir con nuestras obligaciones.

Ponemos a disposición de los compañeros de la Unidad de Policía Judicial de Melilla, los servicios jurídicos de APROGC, por si considerasen la posibilidad de querellarse contra aquellos que utilicen los medios de comunicación para calumniarles y rechazamos absolutamente que desde un diario local se especule con la posibilidad de que guardias civiles filtren información a otros medios de comunicación con una pretendida intención política. Así mismo, como siempre, animamos a todos aquellos que se sientan víctimas de cualquier delito, a que presenten cuantas querellas estimen convenientes en el Juzgado correspondiente en vez de generar juicios paralelos que nada tienen que ver con nuestro sistema judicial. La inocencia se debe demostrar en los juzgados y no en los periódicos.

Desde APROGC no vamos a entrar en detalles, pero queremos recordar que los recientemente imputados fueron citados para que acudiesen voluntariamente a dependencias oficiales disminuyendo así, los daños morales que pudieran haberse producido si se hubiese procedido a la detención de los implicados en lugares públicos o en sus entornos familiares. El hecho de considerar un daño moral que un imputado sea reseñado sería perfectamente discutible desde el punto de vista del que lo sufre, si no fuese por el hecho insólito de ser el propio afectado el que lo publica a bombo y platillo.

Son innumerables las operaciones en las que la UOPJ de Melilla ha demostrado su buen hacer con la incautación de toneladas de droga, recuperación de vehículos robados, esclarecimiento de homicidios, descubrimiento de complejos delitos realizados desde las redes sociales, descubrimiento de organizaciones dedicadas a todo tipo de actividades delictivas, como el caso de los niños robados o el de los inmigrantes que utilizaban menores para entrar ilegalmente a nuestro país…y siempre han sido recibidas con entusiasmo por todos, excepto, como es normal, por los imputados. Sin embargo, más allá del derecho al pataleo de quienes resultan imputados por las FCSE hay una línea que nadie debe atreverse a cruzar so pena de ser nuevamente imputado por delitos de calumnias, esto es acusar falsamente a otros de delinquir…una cosa es que los guardias civiles estemos acostumbrados a que sistemáticamente se nos critique por hacer cumplir las leyes y otra muy distinta es que nos quedemos sentados mientras esto ocurre…defenderemos a todos los guardias civiles, de todas las escalas, que sean injustamente atacados por plataformas con intereses ocultos que nada tienen que ver con la simple y estricta aplicación de la normativa legal, aplicable para todos y no sólo para algunos.

Algunos editores de esta ciudad empiezan a parecerse demasiado a esos que reciben con pedradas a los policías y a los guardias civiles en determinados barrios creyéndose los legítimos representantes de los ciudadanos. Nadie les ha elegido para ello y nadie espera de ellos que se atribuyan tal representatividad, sino más bien que sean fieles al noble oficio de ofrecer una información imparcial y objetiva, libre de intencionalidad e intereses particulares. Saben perfectamente ciertos editores de Melilla a qué se enfrentan y deberían quitarse la idea de la cabeza de que ni remotamente puedan conseguir amedrentar a uno solo de los guardias civiles de esta ciudad con sus artimañas mediáticas. Se enfrentan a la Institución más valorada por la sociedad española, por su entrega, por su eficacia, por su honradez y por su inquebrantable voluntad de hacer prevalecer la ley y el orden sin importar el color, caiga quien caiga, fieles al juramento que un día realizaron y conscientes de que El Honor es la principal divisa del Guardia Civil, una vez perdido no se recupera jamás.

Melilla, 26 de enero de 2015

 

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