“ARTESANOS DE LA TORTURA, DEL ASESINATO Y DEL ENGAÑO”

Ayer, 6 de abril, hemos conocido, y van miles de veces ya, que varios guardias civiles han dejado de sufrir la tortura de verse injustamente acusados de maltratar a detenidos directamente relacionados con la banda terrorista ETA. Durante siete largos años han soportado y padecido la presión psicológica de verse acusados falsamente por una terrorista. La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) les felicita por la fortaleza que han demostrado durante ese tiempo, atendiendo diariamente, a pesar de esta presión, a sus tareas profesionales con entereza y buen ánimo.

Los magistrados no han tenido dudas sobre la inocencia de los agentes, pero quizás les haya faltado algo de valentía para deducir testimonio por denuncia falsa contra la terrorista Sandra Barrenechea una vez que sus “contradicciones, fisuras, olvidos, lagunas” han quedado al descubierto durante el juicio oral.

La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) quiere denunciar, y este es un ejemplo más, la utilización de la “denuncia sistemática de torturas” para intentar desprestigiar y deslegitimar la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra el terrorismo de ETA. Ha sido así desde los inicios de la banda asesina, como bien ha reconocido el propio Gobierno vasco: entre 1960 y hoy se han formulado casi 3.600 denuncias de malos tratos, solo 20 agentes han sido condenados. Las cifras son elocuentes. La denuncia falsa de torturas ha sido un arma más de ETA contra las fuerzas de seguridad; los terroristas han contado con la ayuda de múltiples voceros y corifeos que hoy callan.

Los que llevan años torturando, secuestrando y asesinando a miles de personas, hoy son historia y solo los paripés insignificantes y propagandísticos los rescatan del olvido. Mañana, 8 de abril, protagonizarán uno más con la ayuda de muchos que se quieren apuntar a la foto final. Sin embargo, nadie les va a exigir, por ejemplo, que digan dónde están los cuerpos de tres jóvenes gallegos que fueron torturados y asesinados en marzo de 1973 y cuyos cuerpos no han aparecido aún.

La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) exige a todos esos artesanos de la tortura, del asesinato y del engaño que en vez de desenterrar bidones con armas sin dueño y componentes químicos inertes, digan dónde están los restos de esos tres inocentes. A todos los que aplauden esa pantomima de entrega de armas, también les exigimos que colaboren en algo de verdad positivo: localizar los cuerpos de tres torturados y asesinados y exigir que se resuelvan los asesinatos aún no aclarados. ¿O eso es más molesto?

7 de abril de 2017

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