Mañana se cumple el segundo aniversario del último atentado de ETA en el cual dos compañeros nuestros fueron asesinados en la localidad balear de Calviá, Diego Salvá y Carlos Sainz de Tejada. La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) quiere mantener viva la memoria de dos jóvenes guardias civiles que fueron asesinados de la manera más cobarde, mientras defendían con su trabajo la libertad y la convivencia.
Fue el último atentado de ETA hasta la fecha, y la Guardia Civil ha tenido el triste honor de encabezar y terminar la larga lista de asesinados por esa banda terrorista a lo largo de casi 50 años de dolor del pueblo español. Entre el guardia Pardines y Diego y Carlos, muchos compañeros nuestros, así como sus familias, dejaron su vida como muestra del mejor ejemplo de cumplimiento del deber y servicio al ciudadano. Nunca la sociedad española podrá corresponder a tanto dolor por la sangre inocente derramada por guardias civiles, esposas, hijos y familiares.
Pero también la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) quiere reconocer otro hecho meritorio de los guardias civiles. Sin dejarse llevar por la tristeza, el desánimo o la venganza compañeros de los caídos siguieron con su trabajo callado y consiguieron hitos históricos y de incalculables consecuencias para el futuro del pueblo español: el desmantelamiento de la banda terrorista. Nunca en la historia del terrorismo de ETA pasaron dos años sin atentados, los que ordenaron el asesinato de Calviá fueron detenidos en Francia, todos los que reemplazaron a estos también han sido detenidos y la extrema debilidad de ETA ha propiciado que sus simpatizantes se desmarquen de ellos; y todo como consecuencia de mucho y buen trabajo de guardias civiles que de esa manera rinden su particular homenaje a Diego y Carlos.
La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) recuerda con dolor los trágicos momentos posteriores al asesinato de nuestros compañeros en Calviá, y quiere felicitar a aquellos compañeros nuestros que, sobreponiéndose al sentimiento de verse frente a los compañeros caídos, continuaron con serenidad y profesionalidad con su tarea de garantizar la paz y seguridad de los ciudadanos españoles y turistas extranjeros.
Destacamos entre muchos a varios componentes del equipo de desactivación de explosivos del Servicio de Seguridad de SM el Rey que con prontitud acudieron voluntariamente al lugar del atentado. De manera eficiente localizaron una segunda bomba lapa oculta en los bajos de otro vehículo oficial y, con profesionalidad extrema y desprecio hacía sus vidas, inspeccionaron el artefacto explosivo tumbados bajo el todo terreno. Lo hicieron porque sabían que la información que obtuvieran podía servir para salvar más vidas, arriesgando para ello las suyas.
Sus jefes así se lo reconocieron proponiéndoles para una medalla de la Guardia Civil con distintivo rojo, reunidos los generales del Cuerpo así lo avalaron por unanimidad transmitiendo la propuesta al Director General de la Policía y Guardia Civil, Sr. Velazquez. La sorpresa y desilusión de los valientes desactivadores de explosivos, y de todos los guardias civiles, de puso de manifiesto al conocer que el Director no consideró que hubieran arriesgado sus vidas, rechazando la unánime propuesta, y concediéndole una condecoración no excepcional e injusta. Y más cundió la desolación cuando se supo que había concedido por decenas otras condecoraciones con distintivo rojo por participar en servicios burocráticos y carentes de cualquier riesgo.
Hoy y aquí la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) se manifiesta para recordar a nuestros dos compañeros asesinados hace dos años, para que su memoria siga viva, para reclamar de la sociedad un recuerdo de gratitud hacía los que dieron su vida en aras de la libertad de los españoles, y para pedir a nuestro Director General que rectifique su decisión y demuestre, con la justicia de los hechos, su sensibilidad hacía los guardias civiles que viven y mueren por España.