Te imaginas una mañana cualquiera, vas conduciendo tranquilamente tu vehículo hacia tu trabajo o hacia cualquier otro sitio y te encuentras un control, de los que montan los de tráfico, la Guardia Civil, para detectar a los conductores que han bebido o consumido drogas, o no tienen seguro o permiso para conducir. Para recaudar, que es lo que dicen que hacen, incluso se lo has oído a algunos guardias civiles, así que algo de cierto será.
Y como eres un buen ciudadano, vas a avisar al resto de conductores de donde está el control para que eviten pasar por allí, por si acaso. Utilizas esa magnífica y eficiente APP que te han dicho tus amigos que te instalaras en tu móvil, para ayudar al resto de buenos ciudadanos como tú, para contribuir a la seguridad vial, que es lo que dicen que haces cuando avisas de un control. Te sientes bien por tu buena acción con tus ciudadanos.
Imagina a una persona que durante las horas anteriores ha estado celebrando algo, cualquier cosa, con sus amigos. Y claro, ya lo sabemos, en una celebración, como no vas a tomar unas cervezas, unos vinos, unos chupitos, unos cubatas… Unos cuantos, porque sin alcohol no hay celebración que se precie. Y quizás, también ha consumido alguna otra sustancia prohibida, que le han dicho que por una vez no pasa nada.
Imagina que ese conductor, que “ha bebido y se ha metido de todo” también tiene esa magnífica APP, la misma que tú, que consulta y donde va a ver que avisas de un control de la Guardia Civil. ¿Te imaginas lo que pensará? Qué buena gente, me voy por otro lado.
Es fácil imaginar todo esto, aunque es difícil de creer que una persona en las condiciones que se describen, se atreva a conducir. Pero se hace. Por eso no es difícil que ocurra lo que pasó estos últimos días, que tenga un accidente y por desgracia mate a alguna persona.
Oyes la noticia cuando llegas al trabajo o incluso cuando todavía vas conduciendo y te enteras de la tragedia, de las condiciones en las que iba el conductor que ha provocado el accidente. Y piensas, pero si es por aquí al lado, que tragedia, pobre gente, como puede haber personas tan inconscientes y desaprensivas, asesinos. Deberían quitarlos de la circulación.
Lo que ya es muy difícil de imaginar es la situación de los familiares y amigos de los fallecidos. El sinsentido de la tragedia que les ha tocado vivir, el dolor de la pérdida, el vacío que tienen a partir de entonces,… No lo sé explicar con palabras, si es que se puede. Solamente si has pasado por ello tienes idea de lo que se siente.
Los Guardias Civiles, especialmente los de la Tráfico, lo sabemos bien. Por desgracia, nos ha tocado vivirlo muchas veces, acompañar e intentar consolar a familiares o amigos que han sido testigos directos de la tragedia y mientras cuerpo del fallecido se encuentra aún en el asfalto. Y observan atónitos la situación en la que se encuentra el conductor que ha provocado la tragedia, que no sabe que ha pasado, ni donde está siquiera, mira a todos con la vista perdida, mira pero no ve.
Sigue siendo un buen ciudadano. Sigue avisando de la situación de controles de cualquier tipo. Ninguno de los implicados en la tragedia te lo agradecerá.
Nosotros, los de la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) lo hemos dicho muchas veces: los que velan por la seguridad vial son los Guardias Civiles y lo que recaudan, son vidas, no otra cosa, por más que algunos, aunque sean guardias civiles, se empeñen en mentir haciendo creer lo contrario.También hemos dicho que es necesario prohibir por Ley estas APP, impedir que nadie pueda alertar de donde se encuentran los miembros de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, por la seguridad de los propios guardias civiles y policías y por la de todos los ciudadanos de bien. Si ya se prohíbe en el Reglamento General de Circulación avisar de la presencia de Fuerzas de Seguridad por emplear las luces para fines distintos a los permitidos, ¿por qué no se prohíben estos avisadores?
El Gobierno debe actuar. Los ciudadanos, los de bien, se lo agradeceremos.
