Los verdaderos héroes son los que no alardean. Los que reciben una orden y la cumplen. Los que van a enfrentarse a la muerte y no dicen «que vaya otro».
Todavía quedan héroes en España, no están en las televisiones, ni en los diarios, ni en la política, ni en los sindicatos. Están ahí, y se han ido al Atlas en Marruecos y han recuperado los cadáveres, cumplieron con la misión que se les había encomendado.
Han arriesgado sus vidas para entregarles a esas familias los despojos de sus familiares, para que puedan honrar a sus difuntos. No han hecho declaraciones, ni se han jactado de ello.
Han regresado a su trabajo y su salario cotidiano. A ellos, a nuestros verdaderos héroes, algún político debería «concederles» esas condecoraciones al valor que todos nosotros ya les hemos dado.
Hoy volvemos a darnos cuenta que todavía quedan héroes entre nosotros.
GRACIAS POR ESTAR AHÍ, porque cada vez que estos héroes hacen algún buen servicio, o simplemente nos los cruzamos por la montaña, no podemos evitar pensar en el motivo que ha llevado a la Dirección General de la Guardia Civil a adjudicarles la más baja de las productividades singulares operativas a pesar de la insistencia de APROGC para que esto NO fuese así.
12 de abril de 2014