La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) se ha sumado a la iniciativa surgida para que la llamada “Ley vasca de abusos policiales” no vea la luz y que sea el Tribunal Constitucional quien, y no nos cabe ninguna duda de ello, la anule por su manifiesta falta de legalidad.
Esa ley, por llamarla de alguna manera, solo pretende dar la vuelta a la historia, y que los que fueron buenos durante 50 años ahora sean los malos, y que quienes han sido los causantes durante 50 años de muerte y dolor aparezcan ahora como las víctimas de un conflicto, y no como simples asesinos y terroristas. Esa ley-basura solo pretende cambiar el relato de la historia.
Los que promovieron inicialmente esa ley-basura siempre, durante esos 50 años, estuvieron más cerca de los asesinos que de las víctimas. Pretenden ahora que unos cuantos de los suyos, convenientemente elegidos, determinen, suplantando el papel de los jueces y tribunales, dónde, cuándo y quiénes cometieron unos delitos inventados que les reporten impunidad, justificación a sus actos pasados y, por supuesto, suculentas indemnizaciones. Un fraude en todos los sentidos desde el principio al final. Y eso lo enmarcan en un formato de ley. Esos promotores solo pretender cambiar la historia ya que la real ni les gusta ni les conviene, además de querer arañar votos del mundo abertzale.
Un Gobierno de la nación promovió un recurso al Tribunal Constitucional que ahora otro Gobierno retira. Exigimos una explicación. Qué hay detrás de este cambio de actitud. La dignidad de un estado y de sus fuerzas de seguridad no se puede vender por “30 monedas de plata”.
Lo que este Gobierno va a hacer de manera opaca debe ser corregido, y la iniciativa a la que nos hemos sumado lo va a conseguir. Damos la enhorabuena a los promotores, y junto a ellos trabajaremos.
La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) solo pretende defender los intereses de los guardias civiles, en este caso la memoria, dignidad y buen hacer de los miles de guardias civiles que lo dieron todo en la lucha contra el terrorismo de ETA, y con cuyo esfuerzo se pudo derrotar a la banda terrorista. Esa victoria aplastante que hoy los promotores de esa ley-basura quieren ensuciar. La mala conciencia les persigue.
