Hoy he amanecido (que no despertado) con la visión de un extenso comunicado de la Asociación AUGC criticando, denostando e intentando humillar a la Asociación APROGC. Debo decir que no suelo leer esos comunicados, por la simple y llana razón que me revuelven las tripas con su discurso y sus maneras. Pero hoy quienes me lo han pasado han ido diciendo alguna de las “perlas” que venían en el mensaje, y me han decidido a escribir estas líneas.
Sin entrar al mínimo detalle, porque como ya he dicho es muy largo el comunicado, empiezan el mismo desgranando una larga serie de “tropelías” cometidas, o más bien dando a entender que cometidas, por los miembros y representantes de esta Asociación. Es más, digo que dando a entender por ser políticamente correcto, porque directamente empiezan cada párrafo diciendo: “Son los mismos”. Curiosamente, empiezan con hechos de hace cuarenta años, cuando ellos, nosotros y la gran mayoría de los guardias civiles actuales no solo no estaban en el Cuerpo, sino que, como es mi caso, ni había nacido. Pero vamos, supongo que el simple hecho de tener bigote me hará ser el “mismo” que el cabo de la etapa fundacional que impidió el paso al general Narváez en una calle de Madrid. Mirare el correo oficial, por si está el puro que aquel Presidente del Gobierno entregó a, perdón, me entregó en aquella circunstancia.
Continúan dando a conocer el dato que el 97% de los representantes estamos destinados “en labores como de apoyo al mando” (¿Es que no sabe el magnífico escritor del artículo definir un destino? Pues que mire la vacante en el BOGC, que viene) o en destinos sin riesgos ni penalidades. Bien, este es uno de los puntos que me han hecho, después de acabar, además tarde, un servicio de noche en un Puesto ordinario, escribir esto. Tres apuntes: Si va a “sacarse de la manga” porcentaje de representantes en vacantes de apoyo al mando o burocráticas, podrían mirar los datos públicos de nuestra web, porque puestos a inventarse porcentajes que pongan un 100% que queda más redondo. Pero claro, viendo donde están los unos y donde estamos los otros, que esos porcentajes queden incluso por debajo de sus propios porcentajes, no mola. Aunque supongo que dando un número primo queda así como más real, como menos inventado. Segundo: Hay muchos y buenos compañeros, incluso como ya he dicho de su propia Asociación, en esas vacantes. Me parece cuando menos zafio “ningunear” a quien por decisión u obligación están en esos destinos. Son tan guardia civil como el resto. Porque todos tenemos y debemos remar hasta cumplir con los objetivos que nos marca nuestro trabajo. Pero claro, es mucho mejor denostar al que nos graba las claves de los programas, ignorando que él también es un compañero. Pues que alguien me diga como recojo yo una denuncia si ese compañero (COMPAÑERO, repito) no me da de alta. Aquí, la vagancia y la desidia muchos las traen de casa y las enganchan al uniforme, no viene con el destino. Y tercero y último: en informal charla con un representante de AUGC de mi anterior Comandancia, una vez me dijo “nosotros que estamos en destinos tranquilos y cómodos”. Pues bien, cuando le dije “Bueno, espera a la siguiente publicación de vacantes”, me miró con cara de sí, claro, ¿y qué más? Pues mira, querido delegado, secretario o lo que sea provincial, aquí estoy, en un Puesto ordinario. Porque es lo que a mí me gusta. Pero yo no tengo la desfachatez de despreciar a los que están en esos destinos. Porque tengo simple y llano respeto hacia los demás.
Continúan acusando de lo humano y lo divino, de cobrar suculentas productividades, sacados de vete tú a saber dónde, cuando hasta las partidas presupuestarias recibidas donamos en cantidad igual de nuestros fondos a fines sociales (no se nos permite donarla directamente, así que la sacamos de nuestra propia caja). Aunque debo decir que ese punto me llamó la atención: Unir “suculenta”, “productividad” y “Guardia Civil” en la misma frase sería gracioso, sino fuera porque lo realmente triste y preocupante es que seamos el Cuerpo peor pagado de España. Porque, aunque a algunos se les olvide, no somos menos, somos más.
No puedo dejar de destacar que, al hilo de las partidas presupuestarias, achaquen el cobro de una subvención no debida por parte de la Asociación APROGC. Subvención dada por un organismo gubernamental, más concretamente la ciudad de Melilla, para el oscuro y vergonzante propósito de montar una actividad cultural y festiva para los hijos de los guardias civiles y sus padres el día del Pilar, cosa que por otra parte era el objeto de la subvención. Curiosamente, se les olvida decir que fueron los propios representantes de APROGC quienes, a la espera de la contestación de la consulta realizada al efecto, adelantaron ese dinero de su propio bolsillo. Dinero que ya dan por perdido. Actividad, por cierto, que disfrutaron con fruición si no todos, sí varios representantes de la Asociación AUGC en Melilla. Espero que toda esta inquina no sea fruto de una indigestión, porque, de verdad, si nuestros queridos representantes de la Ciudad Autónoma de Melilla, aunque buenos profesionales y mejores personas, son malos cocineros, seguro que no hubieran tenido ningún problema en acercarse a la farmacia más cercana a por bicarbonato. Hablando un poco más en serio, es triste la deslealtad mostrada en este caso. Si tienes la boca para disfrutar tú y tus hijos de una fiesta, por lo menos ten la dignidad de, si crees que obran mal, acercarte al compañero y decirle: “Oye, que esto no creo que vaya así. Míralo bien”. Pero no, cualquier cuchillo es bueno si viene por la espalda, a traición.
Me encantaría seguir desgranando el literario, largo y matemático comunicado de AUGC, escrito por un verdadero poeta-estadístico, con un don especial para los porcentajes (estadística creativa, creo que la llaman) y las reiteraciones. Podría sin ninguna dificultad, pero con demasiada extensión (es un gran poeta, lo dicho, pero horroroso para la síntesis), explicando y desmintiendo punto por punto del comunicado, pero aunque se pueda, no creo que se deba. ¿Por qué? Por dos razones. Porque AUGC quiere eso, son los que tienen el discurso pseudo-sindical más elaborado. Es su terreno de juego, la confrontación. Llevan años en esa dinámica y, oiga, son buenos. En eso. Y la segunda razón. La razón por la que se evita contestar a estas provocaciones o a las de sus “trolls” en redes. Muy fácil, porque esto no puede llevar a APROGC a ningún sitio.
Porque gracias a mi actual destino pude conocer a un antiguo representante de AUGC, muy antiguo aunque ya no lo sea, y conocer su desencanto. Su desencanto con todas las Asociaciones, hasta el punto de querer abandonar la suya de toda la vida. Porque no entiende la dinámica que está tomando. Porque solo ve que las asociaciones solo nos preocupamos en tirarnos los trastos a la cabeza, en buscar asociados y votos al Consejo, que algunas solo quieren mantener, alargar o ampliar sus privilegios. No es cierto en muchos casos, pero entiendo su postura.
Por eso esto va dirigido a ti, guardia civil, de cualquier empleo o escala, destino o especialidad, que lo lees porque te ha llegado por un grupo de compañeros de la pléyade de redes sociales habidas y por haber, que conoces las asociaciones tangencialmente por los carteles y trípticos que ves en tu Unidad, donde muchas veces, y es incluso lógico, solo miras las ventajas, ofertas o beneficios que ofrece cada asociación. Y digo que lo lógico porque aunque todas, y la mía la primera, nos empeñemos en informarte que cada una tiene un ideario y unas propuestas detrás, a ti lo que te interesa es que no te quiten el dinero por torcerte un pie mientras juegas con tu hijo en el parque. ¿Acaso es ilícito no querer perder dinero? Pues claro que no. ¿Qué es lo que te aporta esos comunicados, entonces, nombrándote al coco? Nada.
Bien es cierto, y tú lo sabes si lees esto, que algunas Asociaciones intentan con sus representantes, delegados, vocales, etc., mejorar la Guardia Civil. Aunque debería decir más bien que son algunos (muchos) representantes, más bien, que lo intentan. Porque, como AUGC, muchas se han bajado a una arena política. Tal vez no la arena política, pero sí una arena política es su afán por merecer. Por aparentar. Es más, también he podido conocer gracias a mi actual destino un representante de AUGC que se desvive por sus asociados, trabaja en pro de los compañeros y que además es buen profesional, persona y guardia civil. Un oasis en el desierto. Por eso me apena que, aunque no opinemos igual en algunas cosas (no en tantas como pudiera parecer), su trabajo se vea desvirtuado por la corriente “sindical-de-plaquita-y-baratillo” dimanante de los “centros de decisión” de dicha Asociación.
Así que voy a contarte algo, si lees esto. Algo sincero, muy sincero. ¿Qué es APROGC? Pues te lo voy a decir realmente y sin demagogia barata, sin mentiras, retruécanos ni chorradas. Porque ya no se está para chorradas. ¿Qué somos en APROGC? Yo adoro ser guardia, no quiero ser otra cosa, y quiero serlo dentro de este Cuerpo de la Guardia Civil. Yo no quiero ser Policía Nacional, no quiero ser Policía de un Cuerpo autonómico, no quiero ser Policía Local. Yo ingresé por vocación y porque me encanta el compañerismo que destila la Guardia Civil. Yo provengo del Ejército de Tierra, y allí, aunque sea mi “alma mater” (no todos pudimos o quisimos estudiar carrera, preferí servir a España, aunque suene pedante y trasnochado, más si cabe en la era de “más importa el grado/licenciatura que la vocación de servicio”), existe el “pique” entre Unidades. Yo adoro que un GREIM, un UEI, un GAR, un buzo, uno de Tráfico y, sí, uno de Seguridad Ciudadana puedan estar en la misma sala, mirarse, reconocerse y acercarse con una sonrisa, una mano abierta por delante y la palabra “compañero” en la boca. Es hasta emocionante. Porque sí, aquí todos somos compañeros, o tenemos/debemos serlo. TODOS. Y quiero, sobre todo, que esto siga siendo LA GUARDIA CIVIL. No un apaño de esa manera, un pastiche, un vete-tú-a-saber-que-marca-acme. ¿Eso significa perder derechos? ¡Pues claro que no! ¿Eso significa volver al pasado? Claramente no. El que no evoluciona, muere. Pero el que olvida su naturaleza, de donde viene, pierde las referencias, el norte, la razón de ser o existir. ¿Alguien se cree que un mando malo, va a sufrir una catarsis porque le empiecen a llamar Sr. Comisario o “Jefe”? ¿Alguien cree que una unificación quitaría los problemas de los que adolece la Guardia Civil? Rotundamente no.
En resumen, tú que lees esto, seré explícito. AUGC ataca a APROGC porque somos la voz que habla más alto contra su proyecto primordial, consistente en la desmilitarización y unificación con el Cuerpo de Policía. Y no por buscar más derechos para los guardias, como se hartan de decir, sino para obtener su liberación sindical, que potenciaran con el discurso “aún hay mucho que hacer”, para mantener sus privilegios adquiridos a través de TU trabajo y esfuerzo, no del suyo.
Así que, como ellos dicen, que no te engañen. Si realmente quieres saber que defiende APROGC (o cualquier otra, que caray), entra en su web o sus redes, busca su ideario, sus propuestas y decide. Ahí te darás cuenta de lo que quiere cada una. Incluso te darás cuenta, sorpresivamente, que APROGC tiene representantes repartidos por toda la geografía española, en múltiples destinos, y que no son precisamente avatares de “Second Life”.
Una última pregunta que lanzo, ¿si somos tan pequeña, “virtual” y poco representativa (aún con dos vocales de diferentes escalas en el Consejo), a qué viene el ataque furibundo y rabioso, por muy poético que sea?
Por último, debo decir que si el redactor de comunicados de AUGC no es ducho en la síntesis, yo es que la desconozco totalmente. Espero que me perdone en ese aspecto porque, parafraseando al poeta alemán Heinrich Heine, aunque perdonar no sea su oficio, espero que, por lo menos, el honor, la lealtad y el compañerismo sí lo sean. Lo espero sinceramente.
Comillas, a 4 de marzo de 2017.
Cabo Rubén B. Bayón.
Representante en Cantabria de APROGC