Una vez más tenemos que lamentar la muerte de un extranjero en su desesperado intento de entrar irregularmente en España saltando la valla de Melilla, vaya por delante nuestro respeto y nuestro más sentido pésame a su familia.
También debemos lamentar las heridas sufridas por varios guardias civiles que trataron de contener el violento ataque protagonizado por más de 300 inmigrantes, a los que deseamos una pronta recuperación.
Desde APROGC hemos venido avisando que limitarse a la aplicación del “Rechazo en Frontera” genera efecto llamada, pone en riesgo la integridad física de los inmigrantes y la de los Guardias civiles porque el mensaje que se les envía a las mafias es que si logran superar a los guardias civiles lograrán entrar en Europa. Esto hace que los saltos sean cada vez más violentos pues la consigna es clara: “pasar por encima de los Guardias Civiles a toda costa»
Nos preguntamos por qué ha dejado de aplicarse la Ley de Extranjería en casos como los saltos de la valla, nadadores o pateras y concretamente el Reglamento publicado en el Real Decreto 557/2011, de 20 de abril, cuyo artículo 23 h especifica que cuando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado encargadas de la custodia de costas y fronteras que hayan interceptado a los extranjeros que pretenden entrar irregularmente en España los conducirán con la mayor brevedad posible a la correspondiente comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, para que pueda procederse a su identificación y, en su caso, a su devolución.
Aplicar únicamente el “Rechazo en Frontera” coloca a los guardias civiles de Ceuta y Melilla en una difícil situación: por un lado nos convierte en el objetivo a batir violentamente por las mafias y por otro nos pone en el punto de mira de posibles denuncias judiciales interpuestas por aquellos que una y otra vez ven en nuestras actuaciones actos ilegales.
Nos preguntamos por qué no se articula un “Procedimiento Acelerado de Readmisión» y por qué no se aplica sistemáticamente el “Acuerdo de Readmisión” entre España y Marruecos que, en consonancia con la “Ley de Extranjería” permitiría la asistencia letrada, asistencia médica y estudio de la petición de asilo y la puesta en frontera en un breve plazo, lo que sin duda contribuiría a reducir el efecto llamada, evitaría el “cuerpo a cuerpo” con los inmigrantes y nos sacaría del centro de la polémica.
Pedimos al Gobierno que no mire para otro lado una vez que los inmigrantes tocan la costa o consiguen saltar la valla, porque no hacer nada una vez que esto ha ocurrido constituye una peligrosa llamada a las mafias para que aumenten los intentos de entrada irregular por Ceuta y Melilla, pone en peligro a los guardias civiles, no ayuda a controlar la COVID y puede hacer que nos sienten en el banquillo.
22 de agosto de 2020