Los que defienden la libertad de expresión no respetan la de los demás, eso se llama totalitarismo; y lo escenifican con saña y por todos los medios a aquel que piensa diferente.
Esto es lo que está haciendo AUGC con el representante de APROGC en Melilla, al cual enviamos todo nuestro apoyo y cariño.
Dicho profesional, ejemplo entre sus compañeros y de reconocido prestigio en la sociedad civil de esa ciudad autónoma (no todos lo que allí se mueven pueden presentar ese balance), plasmó en una carta sus reflexiones personales sobre las motivaciones profesional de los componentes del Cuerpo. Esta carta personal no insulta a nadie, ni va dirigida a ninguna persona en concreto. Lo hizo de cara a posicionarse públicamente, (con su nombre y apellidos, sin esconderse tras unas siglas o un medio de comunicación) ante las pasadas elecciones al Consejo. Y aquí puede radicar el motivo de los ataques barriobajeros que está recibiendo: la asociación que representa en Melilla obtuvo unos magníficos resultados y su actuación directa a favor de todos los guardias civiles, todo lo contrario de la situación que viven aquellos que le atacan.
Podemos entender su frustración, pero nunca el ataque personal, continuo, amenazante, casi delictivo, al que se somete a nuestro representante. Si alguien piensa que nuestro Delegado ha incurrido en algo ilegal que lo defienda por los cauces establecidos, y ahí nos veremos. Somos una Asociación prudente, seria y responsable, que huye de los órdagos, el ruido sucio y de las amenazas. Hemos callado durante mucho tiempo. Pero también somos firmes en la defensa de nuestros ideales y de nuestros asociados.
Desde aquí queremos dejar de manifiesto lo injusto del ataque que sufre nuestro Delegado en Melilla, nuestro apoyo incondicional a su trabajo al frente de esa Delegación y nuestro apoyo moral y legal a su persona donde llegaremos hasta las últimas consecuencias.
Entendemos y aceptamos la crítica entre Asociaciones que defienden cosas distintas, pero nunca el ataque personal y acoso a sus representantes o asociados. Pedimos públicamente y lo haremos en privado a la AUGC que ponga fin al acoso de nuestro Delegado y que se centren en la defensa de sus intereses sin intentar derribar de manera infame a los que piensan distinto. Los ataques personales entre compañeros que se conocen son fáciles para todos, pero no deberían formar parte de los guardias civiles, ni aunque se actúe oculto tras unas siglas.
Apelamos a la sensatez de todos.