Granada. Pinos Puente.
10 de enero de 2011. 14:00 horas.
Dos guardias civiles, de servicio, como cada día, descubren e identifican a un buscado delincuente: cuatro órdenes judiciales interesan su búsqueda, detención e ingreso en prisión; seis órdenes judiciales requieren su búsqueda, detención y personación; seis órdenes judiciales exigen averiguación de su domicilio o paradero.
Él también los ve. Corre. Intenta huir.
Uno de los Guardias Civiles le da alcance; forcejean; caen; el otro Guardia Civil llega…
Gritos y más gritos pidiendo ayuda para evadirse de los guardias.
De las viviendas aledañas comenzaron a salir hombres y mujeres que arremetieron contra los agentes, a la vez que tiraban del detenido para intentar liberarlo: agresiones, forcejeos e insultos a los Guardias Civiles; alteraciones del orden público;…
Otro componente de la patrulla les da alcance y auxilio.
Los concentrados arrojan lo que pillan a los componentes del Cuerpo, una escalera, un palé,…
Destrozos en los uniformes.
Intentos de robo del armamento reglamentario.
Uno de los Guardias se engrilleta al delincuente…
Se trasladan a las dependencias oficiales, al resguardo del Puesto.
Más de treinta personas se aglomeran y concentran en las inmediaciones…
Los tres guardias civiles hubieron de ser atendidos en el centro de salud…
Cuatro días más tarde, han sido detenidos y puestos a disposición judicial cinco hombres y cuatro mujeres.
Lo que podía haber sido una noticia más, sin interés para una gran mayoría, ha causado, sin embargo una verdadera conmoción social: de pronto el protagonismo de la noticia ha saltado de la identificación y detención de un delincuente ampliamente buscado, a la proeza de un pequeño grupo de guardias civiles que, con tesón, profesionalidad, arrojo y valentía, han convertido su quehacer diario en una muestra de entrega, de sacrificio, de servicio a la sociedad, de ejemplo para todos.
Y no. La noticia no ha pasado desapercibida: son numerosos los medios de comunicación que se hacen eco de la misma, poniendo de manifiesto la profesionalidad de los Guardias Civiles que han actuado en este lamentable suceso; son numerosos, también, los gestos de apoyo y de reconocimiento por la arriesgada labor de estos componentes del Cuerpo que no han dudado un momento en arriesgar su integridad física con el fin de hacer cumplir la Ley y salvaguardar el orden público.
En esta línea, APROGC ha hecho pública su más sincera felicitación y el más hondo reconocimiento a los componentes del Cuerpo que han actuado de forma tan profesional y eficaz, sumándose a su vez al apoyo ofrecido desde otras Asociaciones de Guardias Civiles, y desde múltiples instituciones.
Pero, sobre todo, APROGC, se ha contagiado y ha hecho suya la sensación de gratitud que, una vez más, los españoles, de las más diversas consideraciones, han sentido en lo más profundo de su ser.
APROGC felicita y ofrece apoyo a los guardias civiles de Pinos Puente