Por acción por omisión… ¡Que se trata de la Guardia Civil!

Inermes una vez más ante la desinformación que se deja crecer y crecer… Es que siempre ha sido muy fácil hablar de “la Guardia Civil”, pues sólo el Director General, el Secretario de Estado de Seguridad o el Ministro del Interior tienen personalidad jurídica para representarla y defenderla, pero eso da trabajo, desgasta y a menudo no interesa. Lo hemos sufrido casi siempre desde hace décadas. Es triste decirlo, pero hasta que surgieron las asociaciones profesionales de guardias civiles tuvimos que callar ante acusaciones injustas o ridículas publicadas pues los propios guardias civiles no estábamos legitimados para explicar o aclarar nada.

Afortunadamente, aunque otros callen, algunos sí podemos hablar claro dentro de las limitaciones que nos impone la debida reserva en asuntos profesionales.

Señores… ¡que se trata de la Guardia Civil! Después de 180 años “de verdad” al servicio de España con la misma identidad y con los mismos valores, nos deberían conocer… Están hablando de esa institución a la que Jordi Pujol temía como a una vara verde y era la única cuyas investigaciones podrían inquietarle. Se trata de ese cuerpo policial de naturaleza militar que nunca consideró ningún Gobierno como “su policía” desde 1940 hasta la actualidad, pues nunca fue dócil, dúctil ni servil en cuanto se le reclamase algo más allá de cumplir y hacer cumplir la ley. Y que no quepa duda de que por eso estamos como estamos, pues todos los Gobiernos desde la reforma
del modelo policial posterior a la Guerra Civil desconfiaron de la flexibilidad y adaptabilidad de los guardias civiles para someter su rigor profesional a intereses políticos y nos limitaron regando con millones, competencias y otras prebendas a otros cuerpos policiales mientras que a la humilde, callada, obediente y sufrida Guardia Civil le dejaban las migajas de los presupuestos. Y así estamos…

No deja de sorprendernos que a estas alturas, se pueda pensar que los guardias civiles seamos capaces de dejar impune un asesinato porque le pudiere convenir tal vez a quien maneje los hilos de la política. ¡Que se trata de la Guardia Civil… señores! Se lo recordamos especialmente a “El Mundo”, que sigue y sigue… Incluso compara el archivo de las investigaciones relacionadas con el asesinato de don Luis HERGUETA GUINEA y de don Juan de Dios DOVAL MATEO con el caso del chivatazo del bar “Faisán”. Ahí sí que apreciamos falta de rigor y de pudor. Por otra parte, lo que no nos sorprende, desgraciadamente, es el silencio consentidor de quienes perciben un elevado sueldo público por dirigirnos y ostentan la personalidad jurídica de la Institución. A unos y a otros, a unos por acción, por hablar sin saber, y a otros por omisión, por callar cuando sí saben, les pedimos un respeto para nuestra Institución y para nuestro trabajo.

Nos referimos a un trabajo delicado, metódico y extremadamente complejo. Es el trabajo de nuestro Servicio de Información que tanta libertad y tanta seguridad nos ha brindado. Se lo vamos a explicar porque lo conocemos bien, ya que APROGC tiene el honor y el privilegio de contar entre sus asociados con un nutridísimo grupo de las cabezas más brillantes en la lucha contra el terrorismo, de los ojos más abiertos, de los corazones más valientes y de los brazos más dispuestos a hacer cuanto haya que hacer y al coste que sea en defensa de la legalidad, de la memoria, de la dignidad y de la justicia. Así es y todo el mundo lo sabe. Somos los mismos que en 1998 le dijimos al Gobierno de entonces lo que no quería escuchar: que ETA no se había rendido y su tregua era una herramienta, una palanca prevista en su estrategia desde hacía un lustro. Somos los mismos que en 2006 nos encontramos solos, igual que un ilustre fiscal “rebelde” y los abogados de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, defendiendo como peritos en la Audiencia Nacional que todo el entramado político , mediático, cultural y empresarial de la llamada “Izquierda Abertzale” eran instrumentos de ETA, lo cual no quería escuchar el Gobierno de entonces, empeñado en que el sumario 18/98, el del macrojuicio, fracasara para que no se estropeara la negociación en curso… Y seguimos siendo los mismos. Para bien o para mal, como dijo alguien en cuyos planes interferimos por hacer cumplir la ley, “estos solo obedecen al Duque de Ahumada”.

Por todo lo expuesto, pedimos respeto y, sobre todo, que quienes están creando opinión sobre una supuesta manipulación de informes potencialmente incriminatorios contra Arnaldo Otegi Mondragón se informen de verdad antes de lanzar ese tipo de acusaciones y que quienes no visten nuestro honroso uniforme pero reclaman nuestra obediencia porque les corresponde dirigirnos no sigan callando y otorgando con su silencio. Por acción o por omisión, tirios y troyanos están confundiendo a la opinión pública y dañando no solo a la Guardia Civil sino también a todas las víctimas del terrorismo y a todos los ciudadanos de bien, que merecen tener confianza en una institución que siempre fue fiel y confiable.

Para muestra, un botón. Sin ánimo de ser exhaustivos, nos vemos obligados a compartir con la sociedad, para mayor sosiego y tranquilidad de todos, algunas de las cosas que la Guardia Civil ha hecho para esclarecer los crímenes de ETA cuyas investigaciones se quedaron paradas en el tiempo, porque el Servicio de Información de la Guardia Civil realiza una constante y sistemática labor de investigación para esclarecer las acciones terroristas que permanecen sin resolver o juzgar, fundamentalmente las que ocasionaron víctimas mortales, con el fin de poner a disposición de la Autoridad judicial las evidencias existentes sobre la autoría de los atentados. Desde luego, nos guía el ánimo de satisfacer el derecho a la justicia de las víctimas y a que conozcan la verdad, pero sobre la base de pruebas formalmente asumibles y aceptables con las reglas procesales legalmente establecidas.

Desde 2011, el Servicio de Información de la Guardia Civil ha entregado en los Juzgados Centrales de Instrucción y en la Fiscalía de la Audiencia Nacional nada menos que 200 informes relacionados con 170 acciones terroristas muy graves que permanecían sin resolver o juzgar. En muchos casos, se ha dirigido la investigación no solo sobre los autores materiales de los hechos, sino también hacia otras formas de participación como la coautoría, la colaboración, la inducción, y más recientemente la autoría mediata. Se trata, por tanto, de una labor de investigación integral de los delitos causados por los terroristas, estén o no prescritos, dando preferencia al
trabajo sobre aquellos no prescritos con resultado de muerte.

Fruto de la calidad de las evidencias plasmadas en esos informes y de su consideración por las Autoridades como suficientes y relevantes indicios de responsabilidad penal y después como pruebas de cargo, se ha conseguido en una cincuentena de casos el procesamiento o condena de varios militantes de ETA y, en una veintena de ocasiones con condenas por asesinatos y atentados con resultado de muerte.

Como ejemplos del pertinaz esfuerzo e implicación del Servicio de Información de la Guardia Civil en estos últimos años que ahora cuestionan algunos medios de comunicación con durísimas e infundadas acusaciones, cabe significar la condena de los autores del asesinato del funcionario de prisiones D. Máximo CARRERA CASADO en Vitoria, en el año 2000; o la de la dirigente de ETA Iratxe SORZABAL DÍAZ por su participación en dos acciones terroristas cometidas en Gijón en 1996. También muy recientemente se ha tenido conocimiento del procesamiento de esta última terrorista por su participación en el asesinato del mando de la Ertzaintza D. Ramón
DORAL TRABADELO en Irún (Guipúzcoa) en 1996.

Respecto a los casos muy antiguos, y a pesar de que en principio podrían encontrarse prescritos, se han elaborado y entregado recientemente varios informes en la Audiencia Nacional relacionados con acciones terroristas cometidas por el comando GOIHERRI-COSTA de ETA en los que se determina qué militantes de la organización terrorista participaron en varios asesinatos, entre los que se encuentran dos cometidos en Guipúzcoa en 1983: en Tolosa el de D.ª Patricia Llanillo BORBOLLA, ama de casa esposa de un detective privado que resultó herido grave, y en Villabona el de D. Manuel CARRASCO MERCHÁN, obrero en paro que acababa de ser padre.

Esto que hoy hacemos público, que bien conocen en la Fiscalía de la Audiencia Nacional y en el Ministerio del Interior, pone de anifiesto cuál es nuestro marco mental y profesional: que se haga justicia. Pues con el caso de los asesinados de los señores Hergueta y Doval… igual. Confiamos en que los responsables políticos o del Ministerio público, sin violar ningún secreto profesional ni sumarial, trasladen a los periodistas primero, y a través de ellos a todos los ciudadanos, lo que se pueda comentar sobre las investigaciones relacionadas con los asesinatos de don Luis Hergueta Guinea en Vitoria (Álava) y de don Juan de Dios DOVAL MATEO en San Sebastián (Guipúzcoa), ambos en 1980. No se han omitido las referencias a Arnaldo Otegi. Es verdad que la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha difundido un escueto comunicado sobre el archivo de los sumarios, pero no aclara que la Guardia Civil no eludió citar en sus informes a ninguna de las personas que directa o indirectamente hubieran tenido algo que ver con los hechos. Si no fuere el caso, lo aclararemos nosotros.

Madrid, 13 de abril de 2024

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