Entre los fines prioritarios de APROGC figuran fomentar la cohesión interna en la Guardia Civil y mantener el código deontológico y los principios morales que han acompañado a la Guardia Civil a lo largo de su historia. En consecuencia, testimoniar el compañerismo está plenamente vigente hoy en día y debe continuar como una de las señas de identidad de la Guardia Civil y referente del conjunto de la sociedad española. En la misma línea, desde APROGC seremos activos defensores de la imagen de la propia Guardia Civil.
A este respecto, la sentencia dictada en primera instancia por la Audiencia Provincial de Guipúzcoa -por lo tanto no firme en la actualidad- que conlleva la condena a cuatro Guardia Civiles por delito de torturas por una actuación ocurrida en la detención de los terroristas autores del atentado de la T-4 cuatro años atrás, y curiosamente en el mismo día del cuarto aniversario de aquel trágico suceso, ha ensombrecido estas fechas, ha causado perplejidad en buena parte de la sociedad civil y por supuesto nos duele a muchos guardias civiles como si la hubiéramos sufrido personalmente. Vaya por delante por tanto nuestro apoyo y solidaridad para estos guardias civiles y sus familias en momentos tan delicados.
Al margen de valoraciones jurídicas que no es éste ni el foro ni el momento oportuno para realizar,desde APROGC queremos expresarnos hoy como compañeros. Así, queremos poner de manifiesto en primer lugar que esta sentencia no firme no empaña en absoluto el alto prestigio que ostenta el Grupo de Acción Rápida (GAR), Unidad a la que pertenecen estos guardias civiles curtidos en la difícil tarea de identificar a lo largo del año a miles de personas, de realizar cientos de dispositivos policiales en el entorno radical abertzale, de trabajar en situaciones de constante presión. Sólo por poner un ejemplo, el Sargento Jesús Casas, sobre el que ha recaído el mayor peso de la sentencia, lleva en esta Unidad más de 16 años de abnegada entrega durante los cuales hasta ahora jamás había sido objeto de ninguna queja o denuncia.
Superado el momento del jarro de agua fría en plenas fiestas navideñas, en estos momentos a esas cuatro personas y a las otras once que fueron enjuiciadas sólo les queda el consuelo del apoyo que día a día les hemos venido transmitiendo sus compañeros y que fueron tan palpables durante el juicio, cuando la Sala de la Audiencia Provincial en San Sebastián se llenaba de personal del Cuerpo, invirtiendo por fin la tradicional ocupación masiva y casi exclusiva de las salas de vistas por miembros de la izquierda radical abertzale. Por ello, desde APROGC rogamos que no se olvide a estos compañeros y animamos a que estas muestras de compañerismo se sigan produciendo, para que puedan sobrellevar de la mejor forma posible esta situación. No obstante, puesto que ya hemos recibido algunas consultas y propuestas al respecto, aclaramos que NO se ha constituido de momento ninguna “cuenta solidaria” porque al no ser la sentencia firme no se ha ejecutado ninguna acción con consecuencias patrimoniales en contra de los afectados.
El apoyo al que nos referimos, por tanto, es más moral, social, familiar e institucional que propiamente económico o jurídico. En este sentido, como muestra de a qué nos referimos, adjunto se remiten algunas opiniones publicadas en la prensa en los últimos días sobre el particular:
-
Una reflexión personal y a título particular de un miembro de APROGC, el teniente coronel en reserva activa D. Serafín Gómez, que fue publicada el pasado 8 de enero bajo el título «Injusticia en el País Vasco».
-
Una reflexión del General retirado D. Luis Alejandre del día 13 de enero precisamente sobre la anterior y por ello titulada «Mi Teniente Coronel».
APROGC no tiene por qué dudar de la palabra dada por unos guardias civiles cuya trayectoria profesional en la lucha contra el terrorismo ha estado jalonada por innumerables actuaciones exitosas y que no habrían tenido nada personal que ganar si hubieran hecho las cosas que dicen los terroristas que hicieron, sino todo lo contrario. Por ello, esta Asociación confía en que, tras recurrir ante más altas instancias judiciales, estos guardias civiles puedan recuperar la normalidad y seguir prestando servicio a la sociedad como lo han hecho hasta ahora. Y pondremos nuestro empeño en ello.