APROGC VE «INJUSTOS» LOS ATAQUES A LA LABOR DE LA GUARDIA CIVIL EN LA VALLA

La Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha calificado como «injustos» los ataques que está recibiendo esta institución por la labor que los agentes tienen que desarrollar en la valla de Melilla para frenar los asaltos «violentos» por parte de inmigrantes subsaharianos.

Fuentes de la APROGC han rechazado, en declaraciones a Efe, que se juzgue la actuación de la Guardia Civil en «veinte segundos» de un vídeo, y han lamentado que sólo se haya visto «una parte» de lo que aconteció el pasado día 15 durante el último intento de entrada protagonizado por 300 subsaharianos.

La organización Prodein difundió ayer un vídeo para denunciar el trato a un inmigrante -un camerunés de 23 años- encaramado a la valla fronteriza entre Melilla y Marruecos.

Según la APROGC, los agentes que actuaron ese día tuvieron que sufrir distintas amenazas y coacciones, como la de un subsahariano que tenía una pequeña herida en el pie y que se introdujo sangre de esa herida en la boca para «amenazar con escupir» al agente.

Además, afirman que los inmigrantes portaban «mochilas con gasolina», que utilizaron para lanzar prendas en llamas a los guardias civiles que intervinieron, o llevaban consigo cuchillos o garfios con los que intimidaban a los agentes.

Ante estos hechos, la APROGC rechaza que los guardias civiles estén quedando como «los malos» y cuestionan los «intereses» de determinadas ONG de querer aprovecharse de una situación que está siendo «manipulada» y respaldada por otros intereses, como el de utilizar la inmigración como arma arrojadiza en el debate político.

«La primera ONG que está trabajando en Melilla se llama Guardia Civil», apuntan desde esta asociación, que aseguran que, no obstante, las primeras víctimas de esta situación son los inmigrantes.

Sostienen que el instituto armado trabaja «24 horas en la valla» y recuerdan que, por ejemplo, en la península, tienen que participar en los dispositivos por desahucios y también tienen que coger a una persona que se encuentra en la puerta de la vivienda sobre la que pesa la orden judicial.

«No se le coge como un animal como ha dicho Prodein que se hace con un inmigrante, se le coge porque se está resistiendo», argumentan desde la APROGC.

La asociación asegura que lo que se está tratando es de «criminalizar» a una institución histórica para conseguir otros «objetivos», principalmente, relacionados con cuestiones políticas e insisten en el «trato humanitario» que caracteriza la labor de la Guardia Civil, en Melilla o en cualquier parte.

 

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