ARCHIVO DENUNCIA CONTRA GUARDIAS CIVILES DE MELILLA

Bien dijo quien dijo que el tiempo pone a cada uno en su sitio. Unas veces cuesta mucho tiempo, muchísimo, otras no tanto, aunque se hace largo.

Por lo menos ahora, en el caso de la actuación de los guardias civiles en la valla de Melilla, hemos sido testigos de que la justicia ha puesto en su sito a los que acusaron indebidamente, injustamente, a estos guardias civiles quienes día tras día se jugaban su integridad física, su salud, para cumplir con lo que la Ley les obliga (para lo que les pagan): impedir la entrada ilegal de personas en nuestro país, saltando la valla.

No vamos a entrar en la batalla moral de lo que se debería hacer, lo que se podría exigir humanamente. Los guardias civiles que en están en primera línea en la valla son personas, y lo han sufrido como nadie. Cada uno de ellos podría hablar de sus conflictos personales. Ellos, testigos directos de la trágica, dramática y extrema situación que obliga a muchas personas a lanzarse en una desesperada e incierta huida hacia una situación vital mejor manipulados por mafias inhumanas y desalmadas, dejando atrás todo lo que hayan conocido: su cultura, su entorno…, y lo que han querido: sus familias, padres, madres, esposas e hijos, jugándose la propia vida desde que salieron buscando algo mejor.

Y los guardias civiles, en primera línea en la valla de Melilla, teniendo que impedir que esas personas desesperadas pudieran entrar en nuestro país de forma ilegal saltando la valla, viendo como veían que esas personas en lugar de rechazo, lo que necesitaban era ayuda.

Pero los guardias civiles están obligados a hacer cumplir una legislación concreta, concisa y clara para evitar que saltaran la valla, a pesar del rechazo casi generalizado y las críticas continuas. Críticas de la UE, que puso en duda su actuación y que, sin embargo, ahora mira hacia otro lado y valida lo que se está haciendo en otras fronteras europeas. Críticas de algún político que afirmó que los guardias civiles eran enviados a la frontera de Melilla a asesinar inmigrantes; de algunas asociaciones innombrable “no gubernamentales”, cuyo objetivo parece ser que es el descrédito de los guardias civiles. Y lo más grave para nosotros: de algunos guardias civiles y de alguna asociación ¿profesional?: AUGC, que no perdió tiempo en justificar al político que calificó de asesinos a los guardias civiles. Y no solo eso, personándose como acusación particular en algunos procesos contra los propios guardias civiles, cuestionando cada actuación y exigiendo un protocolo que era evidente que no era necesario.

Más valdría que AUGC, si tuviera dignidad o vergüenza, pidiera disculpas por todo lo que ha hecho y dicho respecto de la actuación de los guardias civiles en la valla de Melilla.

Enfrente ha estado quien desde siempre, desde el primer momento, casi en solitario, han defendido sin dudarlo a los guardias civiles que actuaban en la valla, organizando una jornada informativa con un éxito sobresaliente, demostrando que se cumplía la legalidad, las recomendaciones de la UE, las leyes españolas y exigiendo continuamente el cumplimento del acuerdo firmado con Marruecos: los delegados de APROGC en Melilla.

No se han cansado de hacer una labor pedagógica explicando por qué estaba bien lo que se hacía, que no hacían falta más protocolos, denunciando la manipulación de los videos presentados como pruebas. Por el contrario, han sufrido la crítica, la mofa, el intento de humillación profesional y personal, desde AUGC, desde algunos ignorantes parapetados en foros anónimos, desde la plumilla de un periódico y la aparente impunidad que pretende gozar alguien que escribe en la prensa.

La reciente sentencia de la Audiencia Provincial de Málaga decretando el archivo definitivo de las denuncias contra ocho guardias civiles de la Comandancia de Melilla ha puesto las cosas en su sitio y ha ratificado lo que desde APROGC siempre dijimos, entre otras cosas, cosas tan claras como la manipulación de algunas pretendidas pruebas.

Sobre el Juez que admitió las denuncias e inició el proceso podríamos acudir a aquello de nosotros ya lo dijimos, pero respecto de su actuación, de lo que ha considerado la Audiencia Provincial sobre su proceder, sus decisiones, etc., en este caso, poco más que añadir. Entendemos que su actuación será analizada convenientemente por sus órganos de dirección correspondiente.

5 de mayo de 2016

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