LA FARSA POLICIAL NO ES NUESTRO ESTILO. AQUÍ NO CABE

BILDU: QUE POR NOSOTROS NO QUEDE…

Sobre pistolas humeantes y otras consideraciones

El Tribunal Constitucional ha estimado la demanda de la coalición Bildu de forma contraria a la inicial anulación de sus candidaturas declarada por el  Tribunal Supremo.

Tal y como expresamos en nuestra nota de prensa del 6 de mayo, APROGC manifiesta su respeto a la decisión del Alto tribunal. Desde luego, los guardias civiles, mujeres y hombres al servicio del ciudadano y de la Ley para garantizar precisamente que se cumplen las normas, no podemos sino respetar la ley y el orden y a aquellas instituciones que, como la nuestra, son garantes del Estado de Derecho.

Sin embargo, al hilo del caso Bildu se han producido algunos ataques, en ocasiones velados y en ocasiones muy directos, a los informes de la Guardia Civil, ante los que no vamos a callar. Ha sido el caso cuando se ha cuestionado si se trataba de una “farsa policial” tanto desde medios de comunicación digitales de ámbito nacional como ceñidos a alguna Comunidad Autónoma, o cuando se ha catalogado a los elaborados informes como golpes de efecto presentados in extremis” o como “informes repentinos” que dejan pasar por alto información relevante para el caso.

En definitiva, se ha tratado de desacreditar tanto el contenido de los informes como a sus autores. Ataques realizados precisamente desde posiciones que igualmente han tratado de presionar a los Tribunales, incluso públicamente, para que resolvieran a favor de Bildu. Presiones basadas en presupuestos ideológicos y ajenos a la realidad material puesta de manifiesto en los informes de la Guardia Civil, que son fruto del intenso trabajo de quienes hasta el último día han estado esforzándose en la obtención de elementos de prueba, en su análisis objetivo y en su puesta a disposición de las autoridades.

Se podrá pensar lo que se quiera, pero lo cierto es que los informes son contundentes, precisos y detallados. Es más, los informes contienen datos concretos que han sido recogidos por el Tribunal Supremo y también un elemento incorporado una vez el caso se hallaba en manos del Tribunal Constitucional, que no pudo ser por tanto valorado por la más Alta Instancia de la Justicia ordinaria y que constituye una auténtica “pistola humeante”.

En términos jurídicos y policiales es habitual utilizar el concepto de “pistola humeante” (smoking gun) en manos del sospechoso, al referirse a una prueba de cargo decisiva. Pues bien, la Guardia Civil puso a disposición del Tribunal esa prueba decisiva (además de otras muchas): una reunión de ETA con Eusko Alkartasuna, principal partido de Bildu, en la que ambas partes acordaban la necesidad de realizar una acumulación de fuerzas independentistas y discutían las posibilidades de acuerdo concreto en el campo electoral, precedente de lo que ahora se ha concretado en la coalición Bildu. Se trata de un documento de ETA, en el que se recoge, a modo de acta, el contenido de la reunión y que ha sido ampliamente difundido por diversos medios de comunicación.

La reunión citada dista mucho de haberse producido en un ambiente tenso o en que se reproducen críticas y discrepancias. De hecho,según se publicó el 5 de mayo y ha confirmado APROGC, los terroristas llegan a afirmar de los representantes de Eusko Alkartasuna que “ante todas las reflexiones y la lectura de la Organización, expresan su acuerdo con un si, si, si”. Incluso afirma ETA  que son ellos los que llevan la voz cantante en la reunión, en la que existe acuerdo de ambas partes en la necesidad de articular una unidad independentista con concreción electoral.

Este documento fundamental y muy relevante, auténtica pistola humeante en manos de ETA y de Eusko Alkartasuna, solo puede obviarse o minusvalorarse desde posiciones preconcebidas y ajenas a la lógica común o fruto de un impulso político determinado. Y ese es el ambiente previo a la decisión del Tribunal Constitucional, que en ocasiones ha desembocado en un escenario lamentable. Ahora bien, los hombres y mujeres de la Guardia Civil se han mantenido firmes en sus convicciones, incansables en su labor y aferrados a su convencimiento en la victoria de la razón, la verdad y la justicia. Ése ha sido el camino que les ha guiado. Ésa ha sido la motivación que han tenido, junto al recuerdo de los que no están, de tantos que les animaron e impulsaron pero que ya no pueden sino servirles de guía.

Por ello, desde el principio supieron cuál era su trabajo, su deber y su compromiso, igual que sabían que lo que se veía venir podía pasar…

¡POR NOSOTROS NO IBA A QUEDAR! Esta ha sido la máxima que alguno de los autores de los informes ha reconocido que orientaría su trabajo en aras de la objetividad. Y así ha sido. Y así será. Que sepan las víctimas del terrorismo, y la sociedad española en general, que por la Guardia Civil, por las mujeres y hombres de la Guardia Civil no va a quedar nunca: contra viento y marea de cualquier tipo, venga de donde venga. Seguirán luchando contra el terrorismo como hasta ahora, con el mismo ímpetu y el mismo sacrificio, hasta hacer desaparecer el último zulo, el último comando, el último colaborador…

No faltará quien, desde la ingenuidad histórica o los intereses partidistas, diga que la sentencia favorable a Bildu contribuirá al final de ETA. Si algo ha sido determinante en la debilidad terrorista ha sido la eficacia policial. Y en eso la Guardia Civil algo tiene que decir.

En cualquier caso, pase lo que pase, que sepa todo el mundo que si alguien estará vigilante serán los guardias civiles, que seguirán manteniendo el mismo criterio, la misma voluntad férrea de acabar con el terrorismo y con quienes les apoyan. Por nosotros no va a quedar. Nuestra moral sigue muy alta.

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